domingo, 13 de septiembre de 2009

BORA BORA: Bienvenido al Paraiso

Bora Bora es una isla situada en pleno Océano Pacífico a unos 260 Kms al noroeste de Tahití formando parte del grupo de islas de Sotavento y por tanto perteneciendo también a la Polinesia Francesa. Es conocida como la isla más bella del mundo, la joya del Archipiélago de la Sociedad, y cumple con todos los tópicos de las islas de los mares del sur, playas de arena blanca, mar de increíbles colores que van desde el azul intenso al turquesa, islotes protegidos por barreras coralinas… una inmensa piscina de agua cristalina que da como resultado una laguna preciosa. El nombre originario de la isla es Pora Pora, que significa "Primer Nacimiento", nombre que ha ido evolucionando con el tiempo y que finalmente ha desembocado en el famosísimo Bora Bora. Esta isla fue colonizada por polinesios hacia el siglo IV, James Cook la avistó en 1777 y en 1842 se convirtió en protectorado francés.
La población de la isla no alcanza los 10.000 habitantes. De su carácter destaca que son afables y hospitalarios, dedicándose la mayoría de ellos, casi de forma exclusiva, a cualquier trabajo relacionado con el turismo, ya que la belleza y naturaleza de este paraíso muestran unos recursos altamente explotables a nivel turístico. Lo que hace años fue una laguna virgen, es hoy día un lugar con numerosos hoteles de lujo, rodeando sus cabañas la laguna de Bora Bora y haciendo de este lugar uno de los destinos más exóticos y lujosos del mundo.
El turismo de estas islas se caracteriza por ser exclusivo, muy contenido, limitado y siempre respetando el medio ambiente. Aunque los hoteles que rodean la laguna son espectaculares y atraen numerosos visitantes, el gobierno local ha determinado que por el momento, no se permitirá la construcción de más hoteles en los Motus (pequeños islotes que rodean la isla principal), algo que bajo mi punto de vista hace que este lugar siga manteniendo su encanto, evitando así el turismo masivo que encontramos en otros lugares considerados paradisíacos como el Caribe.
El perfil geográfico de la isla es inconfundible, la isla principal está dominada por el majestuoso monte Otemanu que con sus 727 metros es el punto más alto de Bora Bora, 2 picos volcánicos, que surgen como torres en el interior, con una vegetación de ensueño. Las vistas de la isla desde el avión son increíbles, el juego de colores que ofrece el mar, la barrera de coral que forma la laguna, los hoteles con sus bungalows sobre el agua, todo ello en contraste con el verde intenso de las montañas de la isla principal, hacen que esas imágenes se queden grabadas en tu retina para el resto de los días.
Desde el aire es desde donde mejor obtienes una idea más clara de cómo es la isla. Está formada por la isla principal que no es muy grande, tan sólo 32 Kms de perímetro y rodeada de Motus, pequeños islotes donde se encuentran los hoteles más exclusivos de Bora Bora. Tras los Motus puedes advertir la barrera de coral, donde rompen las olas formando en su interior la laguna.
Uno de los motus más bellos y fotografiados de toda la Polinesia es el Motu Tapu, se trata de un motu privado en el que no hay ningún hotel, un islote muy pequeño que prácticamente forma una circunferencia perfecta y que brinda fotos realmente espectaculares. Este Motu tiene el acceso restringido a huéspedes y grupos de ciertos resorts, la fina arena blanca del Motu deja unas playas realmente impresionantes, está totalmente desierto, pero sin permiso no puedes quedarte.
El aeropuerto de Bora Bora está localizado en el Motu Mate, parece imposible que un avión sea capaz de aterrizar en una isla tan pequeña… desde el propio aeropuerto contemplas ya la belleza de la isla, el azul de sus aguas, el verde de sus montañas, realmente increíble! todo ello acompañado por un Maeva o Ia Orana con el que te dan la bienvenida en el que tampoco falta el típico collar de flores!!
La elección del hotel es un detalle realmente importante en Bora Bora. Existen distintos tipos de alojamiento, pero sin duda, el mejor y el que más nos hará sentir en el paraíso será un overwater construido sobre cristalinas aguas. Teniendo lo anterior en consideración, mi opinión es que te alojes en un motu, que es desde donde obtienes las mejores panorámicas de la isla. Hacerlo en la isla principal es un error, en los motus el ambiente que se respira es mucho más exótico, no hay nadie más excepto tú y el resto de huéspedes del hotel en la isla y al mismo tiempo tienes todas las facilidades para poder acceder a la isla principal. Si por el contrario quieres alojarte en la isla principal, mi consejo es que lo hagas en la zona sur (Punta Matira), ahí está el hotel Intercontinental Moana Resort y ahí es donde están las mejores playas de Bora Bora. Si lo haces en un motu tienes varias opciones, cada uno con sus propios hoteles.
El motu más destacado de Bora Bora es el Pitiaau se trata del motu más grande de la isla y como tal en él están algunos de los hoteles más importantes, desde el clásico Meridien, que destaca por la gran superficie de suelo de cristal que encuentras en sus overwater, como el St. Regis Resort, o el nuevo Intercontinental Thalasso Spa. Desde este motu la panorámica de la isla es impresionante pero en su contra juega que es el más poblado de todos.
El Motu Toopua no es muy grande está lleno de vegetación y en una de sus orillas encontramos el hotel Bora Nui, se trata de un hotel exclusivo con una vistas preciosas de la isla y con el mejor mar que puedas encontrar, el color es de un azul intenso y el agua completamente cristalina. En la parte sur de este motu tan sólo encontramos este hotel por lo que la privacidad está garantizada en contra de lo que sucedía en el motu Pitiaau. Se trata de un complejo de 120 bungalows, de los cuales 82 son overwater. Si te alojas aquí es prácticamente obligatorio hacerlo en este tipo de bungalow, ya que jamás podrás disfrutar de unas aguas como las de este sitio. Los overwater son bastante grandes, aproximadamente 90m² y la habitación dispone de todas las facilidades de un hotel de estas características, consta de una sala de estar con su TV, reproductor de DVD (las películas puedes cogerlas prestadas en Recepción), equipo de música, mesas con la superficie de cristal para poder ver el mar (algo que debes hacer es coger pan de la cena, encender por la noche las luces bajo tu cabaña, y con la iluminación y los suculentos pedacitos de pan verás como cientos de peces acuden a tu llamada), un sofá y acceso a la terraza. La habitación propiamente dicha tiene una cama bastante grande con su correspondiente dosel, otra televisión, armario… el baño es realmente enorme e impresionante, probablemente sea lo más llamativo de la habitación, para acceder a él tienes 2 puertas correderas que se abren en el centro, 4 lavabos, ducha independiente, aseo independiente y al fondo la bañera con superficie también de cristal para mientras que te estás dando el baño disfrutes de las vistas bajo tu cabaña, las ventanas con láminas de madera dan a la playa del hotel, por lo que el baño se convierte en un lugar de ensueño. Todos los overwater tienen un porche con hamacas, mesas y sillas para que puedas disfrutar en la intimidad de tus baños en el mar o de los desayunos o comidas que quieras hacer en tu cabaña sin estar rodeado de nadie más. En el mismo porche parte del suelo también es de cristal para que no te pierdas nada de la vida marina de estas aguas. Tienes asimismo unas escaleras para poder subir de nuevo a tu overwater. A diferencia de otros hoteles de Bora Bora, el overwater del hotel Bora Nui es perfecto ya que donde está construido sus aguas tienen la suficiente profundidad para que puedas saltar, bucear o nadar, sin ningún problema (aproximadamente 5 metros). Respecto a los desayunos en la habitación es algo muy típico de esta isla, no te lo traen en una bandeja como en el resto de hoteles sino que te lo sirven desde el mar, una pareja de polinesios en kayak llega hasta tu cabaña (siempre que estés alojado en un overwater) una vez llegan la chica vestida con el atuendo típico de la zona se baja de la canoa y te lo deja sobre la mesa de tu porche. Decir a este respecto que este servicio no está incluido en el precio de la habitación, se trata de un extra con un importe alrededor de 60-80 $.
El hotel Bora Nui es un resort bastante grande, por lo que la ayuda de cochecitos se hace indispensable para llevar las maletas o incluso por si no quieres ir andando de un lugar a otro dentro del propio hotel. Estos cochecitos están en constante movimiento y sus conductores te preguntarán si quieres que te lleven a algún sitio (restaurante, spa, o incluso a tu habitación). La playa del hotel es magnífica, bastante grande 200 m de longitud por 15 m de ancho, de arena fina y blanca. Las hamacas están colocadas a pie de playa, no faltan los camareros que constantemente te ofrecen fruta, helado… incluido en el precio, kayaks, hidropedales, que puedes coger a tu antojo o catamaranes en los que también puedes dar una vuelta por la laguna. Las motos de agua puedes alquilarlas en recepción por 100$/hora.
El hotel dispone de varios restaurantes, tanto en la playa para tomar algo a medio día (Restaurante Ta Le Le, o Tamure Grill), como dentro del propio hotel (en el que dispones de 3 restaurantes más), para cenar, destacando el restaurante Iriatai. También dispone de biblioteca, sala de Internet, con ordenadores a disposición de los clientes y conexión gratuita a la Red, Spa, situado en la cima de una colina desde el que tienes una maravillosa vista de 360 grados, del famoso monte Otemanu y las islas de Tahaa (la isla vainilla) y Raiatea. Se trata de un hotel único, tanto por el servicio ofrecido como por el encanto del motu, y no es de extrañar que a la vuelta camino del aeropuerto adviertas alguna lágrima en tus ojos mientras ves desaparecer tu hotel desde el yate!!
Dado que toda la isla está concebida de esta manera, la forma más destacada de transporte por no decir la única inter-islas es en yate, tanto para desplazarte desde el aeropuerto a la isla donde tengas el alojamiento, como para ir desde la isla principal al motu donde esté tu hotel, como para visitar el resto de motus. Cada hotel suele tener su propio yate a disposición de los clientes con unos horarios establecidos en los que realiza los viajes, Motu-Bora Bora-Motu (estos suelen ser cada 30 minutos aproximadamente desde primera hora de la mañana a última de la tarde-noche) o Motu-Aeropuerto-Motu. Por lo que no hay ningún problema a la hora que querer visitar la isla de Bora-Bora.
En los hoteles se sirve todo tipo de cocina internacional, aunque destaca el pescado y marisco, principalmente, la langosta. Como platos típicos se recomienda los brochettes agridulces, de mahi mahi o la sopa de pahua. Un plato muy típico es la Tamara que se trata de carne y pescado envueltos en hojas de plátano y cocinados sobre piedras calientes. La gastronomía de Bora Bora puede resumirse como una fusión de cocina tradicional de la isla con cocina continental y, especialmente, la francesa. Es normal encontrar platos en los que se combina la verdura típica polinesia, como el Uru, los Ñame (o aje), Fafa o Taro -especies de tubérculo que acompañan al pescado o carne- cocinada en los típicos “ahima’a” hornos tahitianos bajo el suelo. Respecto a la fruta destaca la piña y el coco, los cuales también son la base de postres y bebidas. Respecto a los cócteles, el más típico es el Maitai que es una mezcla de rones, Cointreau y piña o también destaca el Banana Coralia a base de plátanos, zumo de limón, nuez de coco y almíbar de fresa.
Para terminar con el tema de alojamiento, decir que en todos los hoteles está previsto que determinados días a la semana (normalmente 1 ó 2) se organice una fiesta al caer la noche junto a la playa con la comida y bailes polinesios, incluido todo ello en el servicio del hotel.
Respecto a las actividades que ofrece la isla, está claro que las más destacadas son las relacionadas directamente con el mar como, submarinismo, coger un barco con el suelo de vidrio desde el que puedes observar la fauna y corales submarinos, snorkeling rodeado por tiburones de puntas negras de no más de metro y medio (totalmente inofensivos) y rayas las cuales podrás tocar y coger en tus brazos, nadar entre delfines… pero para los que prefieran la tranquilidad de la isla pueden quedarse en tierra tomando el sol y disfrutar de múltiples y bellísimas playas de arena blanca, aprender los bailes de la isla, hacer los típicos collares de flores…
Visitas obligadas en Bora Bora son Vaitape (capital de la isla) y donde te suelen dejar todos los ferris que van del hotel a la isla, Faanui en la parte oeste y Anau en el norte con mercadillos donde se pueden adquirir productos típicos de la Polinesia. A estas excursiones podemos ir por libre o acompañados de un guía. Si decides hacer un safari con jeep llegarás al interior de la isla, muy verde y fértil. Una de las caminatas más duras es la subida al monte Pahia, son casi tres horas de camino entre helechos, orquídeas salvajes, y una rica vegetación. Una vez llegada a la cumbre el sacrificio habrá merecido la pena, la panorámica de las islas cercanas que se divisa desde lo alto este monte te dejará sin aliento durante unos instantes.
Si tu opción es recorrer la isla sin guía, una vez llegas a Vaitape tienes varias opciones, puedes alquilar unas bicicletas 15$ por 2 horas, calcula que serán aproximadamente 4 horas las que necesites para dar la vuelta completa a la isla, ya que hay paradas obligatorias que has de hacer como un baño en Punta Matira, (por lo que no puedes olvidar el bañador) compra en los mercadillos, etc. Las bicicletas hay que decir que son bastante malas, no tienen marchas, tampoco frenos… pero el paseo será fantástico de todos modos. Otra de las opciones es alquilar un boogie y recorrer la isla más cómodamente, son pequeños, para 2 personas máximo y su alquiler oscila alrededor de los 100$. En relación a los restaurantes hay varios que destacan en la isla, pero teniendo en cuenta que lo más probable es que cenes en el hotel todas las noches y a medio día tomes un sándwich o algo por el estilo en el grill del hotel, los restaurantes es algo que en Bora Bora suele carecer de importancia. A pesar de lo dicho hay uno que no puedes perderte, se trata del restaurante Bloody Mary’s, cualquiera que sea el hotel en el te alojes puedes hacer la reserva para cenar en este restaurante. Está localizado en el camino entre Vaitape y Punta Matira y tiene dos turnos para la cena, las 20.00h y las 22.00 h., recomiendo el primero ya que el segundo es un poco tarde teniendo en cuenta las costumbres de horarios en las islas. Está decorado en madera y el suelo es de arena por los que no es necesario ir muy arreglados. La entrada está custodiada por Tikis y dos enormes paneles de madera donde se muestran la lista de gente famosa que ha cenado allí, es realmente impresionante, verás nombres como Nicole Kidman, Tom Cruise, Harrison Ford, Meg Ryan o Julio Iglesias. Una vez dentro del restaurante hay una gran mesa con todos los pescados y mariscos disponibles del día, la mercancía es la que han pescado por la mañana por lo que no te garantizan que haya lo que tú quieres pero langosta y mahi-mahi nunca faltan. En el menú también hay diversos platos de carne, pero nada que comparar con el pescado. Una vez acabada la cena puedes tomar una copa y dado el nombre del lugar la más solicitada es sin duda el Bloody Mary!!! El precio de una cena suele ser 150$ por persona. No puedes irte del restaurante sin cumplir su tradición, dejar un billete de 1$ estampado con tu firma y fecha de estancia en una especie de panel. ¿Cuántos billetes puede haber ahí clavados? Todo un misterio, pero está claro que harían algún favor a más de un bolsillo!!! Como conclusión decir que Bora Bora es un destino único, sus playas, su laguna turquesa, la belleza de sus motus, el trato amable de su gente, el encanto de los hoteles… imposible encontrar otro lugar así en el mundo, es sin lugar a dudas el Paraíso Terrenal por excelencia.

viernes, 4 de septiembre de 2009

MOOREA: Aproximándose al Paraiso

Una de las siguientes islas más visitadas es Moorea. Se trata de la isla hermana de Tahití a tan sólo 17 kms. Para llegar hay dos opciones: 1ª coger un barco hasta la isla, o 2ª hacer el traslado en avión. Mi preferencia es optar por la segunda ya que aunque parezca sorprendente la duración del vuelo es tan solo 7 minutos y las vistas desde el aire son increíbles. Moorea es una isla relativamente pequeña 132 km² y como el resto de islas vecinas es de origen volcánico con un perfil montañoso cubierto de plantaciones, en este caso de piña, aguacates y pomelos. Tiene dos grandes bahías la de Opunohu y Cook las cuales se pueden observar perfectamente desde el mirador Roto Nui (comúnmente llamado Belvedere). Un hecho curioso es que James Cook ancló en la bahía de Opunohu en 1777 y no en la que lleva su nombre. Además tiene ocho valles que forman una estrella o un pulpo, la versión varía según quien te cuente la historia, rodeado todo ello de una laguna con playas de arena. Merece la pena ascender hasta el Belvedere para poder admirar las vistas de las bahías de Cook y Opunohu separadas por el gran monte Rotui, y si el día está claro podrás llegar a divisar el pequeño atolón de Tetiaroa (propiedad de Marlon Brando), o también subir al mirador de Toatea, próximo a la playa de Temae, por encima del hotel Sofitel, desde el que hay unas vistas muy bonitas de toda la zona y Tahití al fondo. Otra subida que requiere una mención especial es la del “paso de los tres cocoteros”, aunque cuando llegas solo hay uno, desde donde hay unas vistas de prácticamente toda Moorea y de las islas vecinas. Esta isla es uno de los principales destinos turísticos de la Polinesia Francesa, existiendo en la misma varios Resorts que permiten a sus visitantes disfrutar de su magnífica y bella laguna. Nada más aterrizar en Moorea observarás que es totalmente distinto a Tahiti, no tiene una capital como Papeete sino que ya comienzas a tener la sensación de que has aterrizado en un lugar paradisíaco, sensación que se acentúa al ver el agua… es totalmente cristalina!!!, completamente transparente, ni azulada ni turquesa, simplemente transparente, difícil encontrar otro lugar en el planeta donde el agua así. La parte de costa más bonita de la isla abarca desde la comuna de Varari, al Oeste y la bahía de Vaiare, al Este. Respecto a los hoteles, aunque la oferta es bastante amplia, menciono dos que bajo mi punto de vista son los mejores, tanto por su localización dentro de la isla como por los servicios que ofrecen, el Intercontinental Resort & Spa Moorea y el Sheraton Moorea Lagoon Resort & Spa . El primero destaca por su extensión, ya que se trata de un complejo hotelero bastante grande el cual incluye un delfinario dentro del propio hotel, por lo que podrás tener la experiencia de nadar con estos animales 30 minutos por 100$ aproximadamente (80 XPF). El segundo es también bastante grande y destaca la transparencia de sus aguas. Los hoteles te ofrecen la posibilidad de realizar distintas actividades en sus playas como snorkeling (con aletas gafas y tubo a tu disposición), kayaks, botes a pedales, catamaranes o incluso motos acuáticas (esta última no está incluida en el precio del alojamiento). Las oportunidades que ofrece Moorea para hacer actividades son muy variadas, no sólo se limitan a las acuáticas. Al tratarse de una isla pequeña (132 km² y alrededor de 60 km de costa), puedes hacer un bonito circuito alrededor de ella en coche o boggie (si puedes opta por este último), moto, o incluso si estáis en forma, en bicicleta y luego trecking para subir a los puntos más altos y admirar el paisaje y si prefieres hacerlo por el mar puedes alquilar una piragua motorizada o moto acuática y aprovechando se puede hacer una parada para hacer snorkel en algún jardín de coral, 100% recomendable. El precio del alquiler de una Scooter es de 48$ aproximadamente por 4 horas. Si lo que prefieres es un circuito alrededor de la isla acompañado por un guía puedes hacerlo con la compañía Moorea Transport por 40$ más o menos. Respecto a las actividades acuáticas a realizar en la isla son infinitas, teniendo la facilidad de reservar dichas excursiones en los propios hoteles. Los precios aproximados de algunas de las actividades son: Moto de agua 100$ media hora o 150$ una hora completa, ski acuático 10 minutos 30$ y respecto al buceo los precios oscilan entre 70$ una inmersión o 139$ dos inmersiones en el mismo día, aunque también hay paquetes de 4 inmersiones por 240$. Si no os queréis perder un espectáculo de danzas, cultura y cantos Polinesios no dudéis en acercaros al Tiki Village, ya que su show es el más popular de toda la Polinesia, podéis visitar el centro por el día, pero si lo hacéis por la noche disfrutaréis del típico show polinesio. La bienvenida al centro te la dan los nativos al son de sus típicas canciones con ukeleles y guitarras y previamente al show puedes dar un paseo por sus cabañas donde contemplarás las diferentes manifestaciones artísticas de la Polinesia como son el cultivo de perlas, confección de collares y pulseras con materiales marinos como conchas, pintura a mano de pareos… Según te adentras descubres un gran horno excavado en la tierra y te explican su utilización introduciendo la comida que más tarde podrás degustar durante la cena. La cena es variada y podrás degustar alimentos típicos como el Fei (plátano asado), Fafa (pollo con espinacas), Uru (una especie de pan de frutas), Poe (fruta asada en leche de coco), Pua (cerdo) a lo que por su puesto se une el buffet internacional donde encontrarás distintos tipos de carnes y pescados a la plancha. Mientras cenas el show no para, a parte de los bailes locales y mundialmente conocidos, te enseñan las mil y una maneras de cómo ponerte un pareo, maneras que jamás imaginarías tanto para chica como para chico, algo que tan sólo podrás aprender de los nativos de estas paradisíacas islas. El precio aproximado de la cena + el show es de 90$ y efectivamente hay que reservar para ir lo que puede hacerse sin ningún problema desde el hotel donde estés alojado. Respecto a los restaurantes que ofrece la isla son variados en el hotel podrán recomendarte algunos pero destaco los siguientes: Le Sud en la zona de (Maharepa) se trata de un restaurante con comida variada, arroces, pescados, pastas y el precio oscila entre los 20 y los 35$, Mayflower en la zona de Haapiti, de comida francesa y también bastante económico, Rudy’s con gran variedad en el menú, destacando el pescado y marisco, arroces y pasta, se encuentra en la zona de Maharepa y el precio aproximado incluyendo vino es de 35 $ por persona. Como conclusión he de decir que sin duda recomiendo visitar la isla de Moorea, quizá su laguna no alcance la belleza de otras como pueda ser Bora-Bora pero la transparencia de sus aguas contrastando con el verde de sus montañas hace que realmente pienses que el paraíso está cercano.

domingo, 26 de abril de 2009

JORDANIA

El reino Hasemita de Jordania está localizado en la Península Arábiga. No se trata de un país muy grande, su superficie es de aproximadamente 92.000 kms² y gran parte de esta superficie es desértica. Limita al noreste con Iraq, al norte con Siria que es donde encontramos la zona más desértica del país, al este y sur con Arabia Saudita, al oeste con Israel y al suroeste con el Mar Rojo (en el golfo de Aqaba). En la frontera con Palestina encontramos el río Jordán que desemboca en el Mar Muerto, este río forma un valle profundo, continuación del Valle del Rift. Jordania ofrece un turismo muy versátil, ha sido invadida a lo largo de la historia por numerosos pueblos como los asirios, egipcios, babilonios, persas, griegos, romanos, nabateos… por lo que allí podrás disfrutar desde la visita antiguas ciudades romanas o nabateas como Petra, perderte en el desierto, ver ciudades con como Amman o sumergirte en las aguas del Mar Rojo. La población es de aproximadamente 6 millones de habitantes de los cuales un 95% son musulmanes y un 5% cristianos. Su moneda es el dinar jordano (1€ = 0.92 dinar jordano). Respecto a la seguridad para el turista la sensación es de total seguridad y gracias a la amabilidad de sus habitantes hacen que te sientas realmente cómodo. Los principales puntos de interés de Jordania son los siguientes: Mar Muerto. Se trata de un lago situado a 422 m bajo el nivel del mar, de hecho es el punto más bajo de la Tierra y hace frontera con Israel, Cisjordania y Jordania. Tiene unos 76 km de largo y un ancho máximo de unos 16 km. El agua que recibe es del Río Jordán, de otros ríos menores y de las pocas lluvias que se produce sobre el lago. La principal característica del Mar Muerto es su elevada salinidad, ya que es 10 veces más salado que cualquier océano, lo que implica que ningún ser vivo pueda habitar en él. Es también esta característica lo que impide que te hundas en sus aguas, es muy curioso ver cómo eres capaz de flotar sin hacer el mínimo esfuerzo. Al ser un lugar rico en minerales en las inmediaciones verás que se han situado varias compañías israelíes y jordanas que aprovechan estos minerales para el desarrollo de una importante actividad económica. Para conseguir la extracción de estos minerales hay que evaporar artificialmente agua, lo que conlleva un descenso del nivel de sus aguas. Hace 50 años su superficie era de 1.025 Km², actualmente es de 625 km². El barro que rodea sus aguas tiene importantes propiedades muy beneficiosas para la piel, en la orilla verás que hay unos cubos con grandes cantidades de barro. El ritual a cumplir es darte un baño, flotar, salir del agua, extenderte el barro por todo el cuerpo, dejarlo al menos 15 minutos y luego de nuevo al agua, verás como la piel agradece esta cura.

Golfo de Aqaba: Se trata de un golfo entre África y Asia conectándose con el Océano Índico por el Sur. El mar tiene aproximadamente 2200 km de largo y 335 km en su punto más ancho, con una profundidad máxima de 2130 m. Este mar es parte del Valle del Rift y crea una importante vía de comunicación entre Europa y el Extremo Oriente. La temperatura del agua varía entre los 21 ºC y 25 ºC a lo largo de todo el año y la visibilidad bajo el agua es de las mejores que podrás encontrar en todo el mundo convirtiéndose así en uno de los mejores lugares para la práctica del buceo. En sus aguas podemos encontrar principalmente corales y abundante vida marina. Los principales puntos de interés para bucear son Cedar Pride donde podrás disfrutar de unos minutos bajando a 30 m e inspeccionando un gran pecio libanés, Japanese Garden una de las zonas con los mejores corales y a no mucha profundidad 19 m o Oliver’s Canyon donde encontrarás un tanque hundido.

En Jordania el único punto que tiene salida al Mar Rojo es la ciudad de Aqaba, se trata de un pueblo originalmente de pescadores pero que hoy en día está invadiendo gran parte del desierto que lo rodea, construyendo inmensos resorts. A parte de submarinismo y playa podrás invertir tu tiempo en otras actividades como windsurf, motos acuáticas, montarte en una especie de submarino o incluso navegar a bordo de un barco con suelo de cristal, sin olvidarse del baño turco (Hammam) que podrás disfrutarlo en los numerosos lugares específicos construidos al efecto para ello o en los propios hoteles.

Por la noche la ciudad goza de un gran ambiente, con numerosos restaurantes, discotecas y bares. Ciudad de Petra: Es la ciudad rosada, el sitio más emblemático de Jordania, y sin duda la ciudad nabatea más espectacular de Oriente. Los nabateos eran un pueblo nómada provenientes del norte de Arabia que crearon, partiendo de cuevas en la roca, una increíble ciudad fortificada hace más de 2.000 años.

Para llegar a ella hay varias posibilidades, pero la más espectacular de todas y la más típica es atravesando un estrecho desfiladero, el mítico “Siq”, es como una inmensa grieta de piedra arenisca de colores rosados con una extensión de 2 kilómetros de longitud y en ocasiones de 3 metros de ancho que desemboca en el mítico “Tesoro de Petra” que no es ni más ni menos que una fachada tallada en la propia roca de unas dimensiones de 43 metros de alto y 28 de ancho, escenario de diversas películas como “Indiana Jones y la Última Cruzada”. Se trata de uno de los restos mejor conservados y más impresionantes de la antigüedad. Después de ver esta espectacular fachada la ciudad comienza a abrirse por la llamada Calle de las fachadas, entre cuevas, templos, tumbas y un teatro romano con más de 7000 asientos. Cuando parece que acaba la ciudad nabatea todavía quedan más sorpresas como la subida al Monasterio, se trata de otra fachada similar al Tesoro de Petra peor conservada pero no menos impresionante. Para llegar hasta allí es necesario subir 800 escalones en estado de conservación ruinoso por lo que a parte de cansado es necesario ir con mucho cuidado. Te ofrecen la posibilidad de subir en burro lo que no necesariamente es menos cansado ya que el peligro y la tensión a la que estarás expuesto es casi peor que la penitencia de subirlos a pie. Una vez allí podrás observar la inmensidad del monasterio y la ciudad de Petra desde lo alto de la montaña. Hay que tener en cuenta que invertirás todo un día en visitar la ciudad completamente, por lo que es muy recomendable llevar zapato cómo y cerrado, ya que si quieres visitarla entera tendrás que hacer 14 kilómetros en total. Si prefieres no caminar también hay posibilidad de visitarla en caballo, dromedario, carruaje o burro aunque pierde gran parte de su encanto ya que pasarás demasiado rápido por una de las nuevas 7 maravillas del mundo. Los lunes, miércoles y viernes por la noche está abierto el recorrido del Siq hasta la llegada al Tesoro de Petra tan sólo alumbrado por la luz de unas velas que sitúan estratégicamente cada 5 metros aproximadamente. Hay que tener especial cuidado, ya que si durante el día el terreno es complicado, durante la noche y sin luz lo es aun más. Una vez llegado al Tesoro podrás sentarte frente a la inmensa fachada de piedra levemente iluminada y contemplarla mientras escuchas cánticos nabateos de fondo. Amman: es la capital de Jordania con más de un millón y medio de habitantes. Antiguamente adquirió el nombre de Filadelfia , pasó a estar bajo el control romano y fue agrupada dentro de la Decápolis (diez ciudades de cultura grecorromana en Oriente Medio).

Desde 1948 la ciudad no ha parado de crecer principalmente por el influjo de refugiados palestinos y a consecuencia de ello las áreas residenciales se han ido expandiendo hacia las colinas circundantes. Ammán es actualmente una ciudad moderna, con edificios de estilo moderno en las nuevas urbanizaciones donde las casas no sobrepasan los 4 pisos y con una media de 180 m² por piso, debido a la alta natalidad. En el centro encontramos el zoco que la verdad no merece mucho la pena visitar.

Las principales atracciones turísticas de esta ciudad son la antigua acrópolis griega, el teatro romano y la mezquita del Rey Abdullah con su gran cúpula azul, comúnmente conocida como Mezquita Azul pero que nada tiene que ver con la de Estambul.

Madaba: Comúnmente conocida como la ciudad de los mosaicos, se encuentra al sur de Amman. Se trata de la ciudad Moabdita de “Medeba” mencionada en la Biblia. Aquí encontrarás una de las más grandes colecciones de mosaicos del mundo, algunos de ellos con más de 1.400 años de antigüedad . Esta ciudad fue abandonada durante más de un milenio después del gran terremoto ocurrido en el año 747 d.C. A finales del siglo XIX, cristianos provenientes de Kerak emigraron allí y encontraron los mosaicos cuando realizaron las excavaciones. Monte Nebo: este lugar conmemora a Moisés ya que se supone que es aquí donde el profeta murió y fue sepultado. Según el Antiguo Testamento, tras su marcha de Egipto y vagar por el desierto durante cuarenta años, Dios enseñó a Moisés desde aquí la Tierra Prometida, pero le impidió pisar el territorio. Desde este monte podemos apreciar la inmensidad del valle del Jordán y el Mar Muerto y si el día está despejado puedes divisar Jerusalén y Jericó. Jerash: se trata de una de las ciudades grecorromanas mejor conservadas del mundo, se puede apreciar en esta ciudad el urbanismo romano con el pavimento columnas, templos y teatros en perfecto estado de conservación. Igual que Amman forma parte de la antigua “Decápolis”. Destaca su festival que se realiza en el mes de julio donde representan bailes folclóricos de grupos internacionales y locales, ballet, conciertos, representaciones teatrales, ópera, actuaciones de cantantes populares y venta de artesanía tradicionales, uno de los acontecimientos anuales más importantes de Jordania. Desierto Wadi Rum: Se encuentra al sur de Petra y cerca del Mar Rojo y fue el escenario de la revolución árabe liderada por Lawrence de Arabia en 1917. Se trata de uno de los desiertos más bellos del mundo, utilizado en numerosas películas de Hollywood, entre las que destaca, como no podía ser otra Lawrence de Arabia. Se trata de un paisaje lunar, sin apenas dunas con altas montañas en un mar de arena roja. Los principales puntos turísticos los encontramos en los puentes rocosos como el de Burdah o Wadak. Aquí también encontramos Jebel Rum, la montaña más alta de Jordania con 1.754 m. La mejor forma de visitarlo es en un 4x4 acompañado por un guía beduino, estos vehículos suelen salir de campamentos en las inmediaciones del desierto. Si quieres dormir en el desierto no dudes en hacerlo en un campamento beduino que ofrecen servicios básicos como alojamiento en una especie de tienda y la típica comida árabe con instalaciones de baños y duchas compartidos.

domingo, 29 de marzo de 2009

TAHITI

Se trata de la isla más grande de las que forman la Polinesia Francesa y donde encontramos la capital, Papeete.
El primer contacto con la isla lo tendrás en el aeropuerto de Faaa y ya te da una ligera idea que el destino en el que estás no es de lo más habitual, el aeropuerto es bastante pequeño, aunque comparado con los que verás posteriormente es inmenso… Tus primeros minutos en la isla quizá te decepcionen un poco porque nada más aterrizar no ves esas playas de arena blanca, sobre todo si aterrizas por la noche, como fue mi caso, y si a esto le sumamos la escasez de luz que hay que impide ver el paisaje pues hacen que no te llame mucho la atención. Como ya comenté en la entrada de “Consideraciones Generales” pasar por Tahití es un hecho obligatorio pero en mi opinión, cuanto menos tiempo inviertas en esta isla mejor, ya que ganarás días para pasar tus vacaciones en otras islas que valen más la pena.
La forma de la isla es como 2 circulos, uno grande Tahiti Nui, ubicada al noroeste y otro pequeño Tahiti Iti, ubicada al sureste conectadas entre sí por el istmo de Taravao. La superficie de la isla es de 1.042 km² y su punto más alto es el Monte Orohena.
La actividad principal de la isla se concentra en su parte noroeste, allí es donde encontramos la capital Papeete. Para llegar hasta allí lo más cómodo es coger desde tu hotel los autobuses locales, llamados Le Truck, son como camiones blancos y rojos con ventanas sin cristal y con un banco colocado en el medio de forma paralela a las ventanas, donde te sientas como si estuvieses montando a caballo.
En Papeete tampoco hay mucho que ver, destaco el Ayuntamiento del pueblo de Arue de estilo colonial y bastante bonito, las fábricas de perlas que las verás por todas partes, y el mercadillo con gran variedad de comida autóctona y donde encontrarás la especia más cuidada en Polinesia, la vainilla, en vaina, en aceite, en hojas de té, o en café. También verás aquí numerosas tallas de madera y en el piso de arriba se instalan los expertos «tatuadores», que embellecen brazos, piernas... o lo que haga falta con los legendarios tatuajes polinesios de figuras geométricas, iconos o signos de sus dioses tikis.
Si eres un amante de las perlas no dejes pasar la oportunidad de adquirir una en este destino, pero algo a tener en cuenta es que se trata de “perlas negras” y la escala de sus colores que va del gris al verde grisáceo pasando por el azul o violeta. Lo mejor si decides comprar un perla es que no la compres ensamblada ya que esto te permitirá ver todos sus defectos. La elección de la perla requiere el estudio su tamaño, forma, brillo, reflejo, y color lo que te llevará bastante tiempo, mas vale no tener prisa. Cada forma es única, y la perla más rara es la perfectamente esférica, ¡y la más cara! Una vez comprada no olvides pedir un certificado.
Todo el mundo está obligado a pasar al menos un día allí y lo que yo aconsejo para ese día es: visitar la capital, que en una hora o dos a lo sumo ya lo habrás hecho y después hacer la excursión en un 4x4 adentrándote en los interiores de la isla. En esta excursión podrás explorar la especie de jungla con sus enormes árboles, cascadas etc… eso sí cuando acabe la excursión terminarás literalmente negro, debido a que el 4x4 no está techado y atraviesas la capital de la isla con polución incluida y el polvo originado por el 4x4.
Si te gusta la pintura visita el museo de Paul Gauguin el famoso pintor francés que en 1891 se embarca hacia la Polinesia y cautivado por la belleza de estas islas decide quedarse aquí hasta el fin de sus días. En la Polinesia y en su modelo Tehura encontró su inspiración perdida desde hacía varios años, pintando en las islas más de 70 lienzos. No sería Gaugin el único que se enamoró de esta isla, Marlon Brando a raiz de rodar su película El Motín del Bounty y conocer a Tarita, mujer tahitiana que hacía las veces de su compañera de rodaje se enamoró también de Tahití adquiriendo una pequeña isla en el archipiélago, donde vivía cuando sus obligaciones profesionales se lo permitían.
Para comer en la isla, como en principio estarás sólo un día, recomiendo la pizzería L'Api'zzeria que sí está realmente bien, que encontrarás justa a las afueras de Papeete a la izquierda. Por la noche las Roulottes son las dueñas de la ciudad, se instalan en el centro y son unos restaurantes ambulantes donde encontrarás comida nativa, china, francesa... para saciar la sed, encontrarás gran variedad de zumos tropicales y la cerveza Hinano, con la foto de la chica tahitiana.
Conclusión: Tahití es el camino a seguir para poder llegar al paraíso.

miércoles, 25 de marzo de 2009

POLINESIA FRANCESA: Consideraciones Generales

La Polinesia Francesa es un conjunto de 118 islas localizadas en el Océano Pacífico con una superficie total muy aproximada entre mar y tierra a la de Europa. Están formadas por varios grupos de islas que son:
  • Islas Australes
  • Islas Gambier
  • Islas Marquesas
  • Isalas de la Sociedad
  • Archipiélago de Tuamotu

De todos estos archipiélagos me voy a centrar en las Islas de la Sociedad, el considerado más bonito de toda la Polinesia Francesa. La leyenda sobre la creación de estas islas cuenta que antiguamente había cinco lunas sobre el cielo de Tahití que tenían rostro humano y quien las mirase fijamente se volvía loco. El dios creador Taaroa, las hizo temblar produciendo grandes terremotos y haciéndolas así caer al agua formando cinco islas al oeste de Tahití: Moorea, Maiao, Huahine, Raiatea y Bora Bora. Una leyenda bastante bonita sobre la creación del paraíso soñado, la idea que todos tenemos de islas perfectas, playas de ensueño y gente fascinante.

Uno de los aspectos principales a tener en cuenta cuando tengas pensado ir, es que se trata de un destino bastante alejado, al menos de España, por lo que es recomendable visitarlo junto con otras ciudades en las que hay que hacer escala de manera obligatoria. Es por ello que tendréis que planificar bien vuestro itinerario y ver qué escalas son las que os interesan más hacer. Si decidís ir hacia el oeste desde España hay varias opciones que pasan por Nueva York o Los Ángeles, si decidís ir hacia el este las escalas serían bien Tokio, o Bangkok y Sidney. Si finalmente decidís hacer la ruta hacia el este en el tramo Sydney-Polinesia o Tokio-Polinesia recuperaréis un día al atravesar la línea del tiempo. Es aconsejable que en la ciudad que decidáis hacer escala invirtáis un mínimo de 2 días, a menos que queráis llegar a las islas con jet lag. Otro aspecto a considerar es que estamos hablando de un enclave situado en el hemisferio sur, por lo que nuestro verano es su invierno austral y viceversa aunque al tratarse de un clima tropical esto no adquiere mayor relevancia excepto por la época de lluvias, que suele ser de noviembre a abril y es cuando la temperatura alcanza aproximadamente los 30ºC. De mayo a octubre -época seca- la temperatura es un poco más baja, entorno a los 26 ºC. Respecto a la temperatura del agua ronda los 25 ºC. Es recomendable que llevéis un repelente para mosquitos por si decidís adentraros en la vegetación de las islas, o para cenar por la noche en la playa. El idioma de las islas es el tahitiano, pero éste tan sólo lo hablan los nativos por lo que el francés es su segundo idioma y está considerado como idioma oficial de las islas, entendiendo perfectamente el inglés también. La moneda oficial es el franco polinesio, divisa que tendréis que cambiar al llegar allí (1€=119 XPF). El destino puede considerarse como único y no tiene nada que ver con destinos del Mar Caribe, quizá lo único que tengan en común sea el mar, pero ahí se acaba la cosa, las playas no se parecen y el trato al cliente es totalmente distinto al igual que el modo que tienen de entender el turismo. Los hoteles en la Polinesia son grandes complejos al igual que en el Caribe, pero el trato al cliente es sumamente especial y totalmente personalizado, aquí no veremos a los huéspedes con las típicas pulseritas de “todo incluido” que tanta fama han dado a los resorts caribeños. No quiero decir con esto que no esté todo incluido, porque realmente hay en ciertas islas que o llevas la pensión completa contratada o te quedas sin cenar, ya que la opción de salir del complejo hotelero por la noche es totalmente inviable dado que no hay nada más en la isla que a parte de tu hotel. Sin embargo si la idea que tienes es la de beber y comer todo lo que quieras a cualquier hora del día o tomar una copa a las 2 de la mañana olvídate, este no es tu destino. Si decides ir a la Polinesia Francesa no dudes que tienes que alojarte en varias islas ya que aunque todas están próximas entre sí cada una es totalmente distinta de otra, bien sea por sus playas, su relieve, o el color de sus aguas. Podrás optar entre desplazarte en avión, si la distancia lo requiere o en barco, ya que hay islas que están muy próximas entre sí (1 hora en barco / 7 minutos en avión, por ejemplo), no obstante las vistas desde el aire son algo increíble, los aviones no alcanzan mucha altura debido a la proximidad de las islas y el paisaje que se ve desde el aire y los contrastes de colores del agua es algo que merece realmente la pena. Algo más a tener en cuenta es el lado del avión en que decides sentarte en los vuelos inter-islas, mis recomendaciones son: Tahití hacia Moorea lado izquierdo; Moorea hacia Bora-Bora: lado izquierdo; Bora-Bora hacia Rangiroa: lado izquierdo; si haces escala en Tikehau siéntate en el lado derecho para la llegada a Rangiroa y Rangiroa hacia Tahití: lado izquierdo. Lo ideal es que duermas en 3 ó 4 islas, Tahití es destino obligatorio ya que es donde está el aeropuerto internacional y luego a parte de esta isla visitar al menos 2 más. Una palabra muy utilizada por ellos es “motu” la cual significa algo así como islote. Las Islas de la Sociedad están originadas por volcanes extintos que al hundirse han formado una barrera coralina con una laguna interior, por lo que la distribución geológica sigue casi siempre el mismo patrón: suelen tener una isla principal, a su alrededor está la laguna y a una distancia considerable encuentras la barrera coralina. En la laguna encontramos numerosos islotes o mejor dicho motus, algunos de los cuales están habitados. Suelen ser de un tamaño bastante reducido por lo que puedes recorrerlos perfectamente a pie. En los considerados como “mejores motus” es donde las cadenas hoteleras construyen sus resorts, hay motus que permiten la construcción de varios complejos hoteleros pero otros tantos tienen toda la isla exclusivamente para ellos. Puedes optar por alojarte en la isla principal o en los motus, mi recomendación es que lo hagas en estos últimos especialmente en Bora-Bora. No tendrás ningún problema en acercarte a ver el ambiente de la isla, ya que todos los hoteles construidos en motus incluyen el transporte bastante fluido y gratuito (2 veces cada hora aproximadamente) entre el motu y la isla principal. Otra de las características a tener en cuenta en este viaje es el tipo de alojamiento a elegir. Te darán opción a varios tipos de habitación, o más que de habitación de bungalow y deberás decidir cuál es el que quieres y lo más importante, en qué isla quieres cada tipo. Las edificaciones suelen consistir en cabañas, exceptuando en Tahiti. Da igual a qué isla vayas, verás que siempre son las mismas opciones de alojamiento y hay que decidirse. Las diferentes tipologías son: Bungalow jardín (suele ser el más económico), bungalow playa (el intermedio) y por último y el gran favorito el “overwater”. Los hoteles en la Polinesia son resorts enormes, normalmente tienen una especia de cabaña grande sin paredes que hace las veces de recepción con sus mesitas y demás donde suele haber boogies aparcados para trasladar a los huéspedes y a su equipaje a sus respectivas cabañas. El primer tipo de bungalow (jardín), como su propio nombre indica es una cabaña situada en una especie de jardín con sus árboles, suelo de césped, flores… normalmente estas cabañas son muy independientes del resto. Este tipo de bungalow es el idóneo para elegirlo en la isla de Moorea, 1º porque el overwater se reserva para otra isla donde lo disfrutarás más y 2º porque no merece la pena pagar aquí el incremento de precio que supone ir a un overwater, ya que aunque el agua es totalmente cristalina, lo que te da la posibilidad de ver los innumerables peces que pueblan sus corales, no están situados en zonas donde cubran mucho por lo que el salto desde tu cabaña al agua queda muy limitado. El segundo tipo de bungalow (playa) se encuentra situado en primera línea de playa, es decir que según sales de tu cabañita te encuentras con el mar, normalmente estos bungalows suelen tener su propia playa y piscina incluido en el precio, es decir que hay una especie de valla que acota tu zona por así decirlo y nadie que no duerma en ese bungalow accede a “tu playita” a menos que sea un invitado, claro. También es una buena opción elegir este tipo de cabaña en Moorea aunque no veo justificado la diferencia de precio entre éste y el anterior por tener un trocito de playa sólo para ti ya que las playas de los resorts son privadas y no están ni lo más mínimo llenas por lo que estando en la playa privada del hotel tendrás la sensación igualmente de que estás tú solo. Tercer tipo (overwater). Es sin duda el mejor de los tres, también tu bolsillo notará que es el mejor… Se trata de un bungalow construido sobre troncos encima del agua, es por ello que en gran parte de estos bungalows hay una zona donde el suelo es de cristal para poder ver así los peces que pasan bajo tu cabaña las 24 horas del día ya que por la noche bajo el agua hay instalados unos focos para que no te pierdas el espectáculo, es más, también suele haber mesas de cristal en la que puedes abrir su parte superior para alimentar a los innumerables peces de colores que acuden a la llamada del pan que has recogido del restaurante durante la cena, o incluso que podrás dejar abierta por la noche para dormirte con el ruido del mar de fondo. Realmente este alojamiento es un sueño y no te extrañe que cuando tengas que abandonarlo te vayas llorando porque haya sido la mejor experiencia de tu vida. Este bungalow tiene una isla perfecta para disfrutar de él al 100% principalmente por el color del mar en esa isla y es Bora-Bora, un paraíso terrenal sin duda alguna. Pues estas son las consideraciones generales que hay que tener en cuenta a la hora de viajar a las Islas de la Sociedad, en próximas entregas iremos profundizando en las 3 islas más importantes de este archipiélago.